Tomb Raider (2018)

En 2018, ‘Tomb Raider‘ llegaba dispuesta a hacerse con el trono largo tiempo vacante de las adaptaciones cinematográficas de videojuegos. Y lo hizo con pura aventura y trepidantes escenas de acción, en ocasiones calcadas a las del juego. A todos nos sorprendió lo inesperadamente sólida que fue la cinta, y es que, cuanto tienes a la genial Alicia Vikander como heroína protagonista, más te vale construir algo bueno a su alrededor.

Tomb Raider y el cine de videojuegos

Es muy comprensible que cuando nos llega algún estreno con la etiqueta “basada en el videojuego…“, nos entre puro pánico. Pues han sido numerosas las decepciones, por decirlo suavemente, que nos ha dado la industria fílmica a lo largo de las últimas décadas.

Pero afortunadamente, ese no fue el caso del reboot de ‘Tomb Raider‘, gracias a la dirección de un desconocido por muchos, Roar Uthaug. Director noruego con títulos como ‘Bølgen' (La Ola) o ‘Julenatt i Blåfjell' (La montaña mágica), además de cerca de 25 años de carrera cinematográfica a sus espaldas. De su mano nos llegaría una cinta con la clara intención de hacernos olvidar el recuerdo de aquellas dos entregas de la saga protagonizada por Angelina Jolie, pero sobre todo, de acabar con la maldición de las adaptaciones de videojuegos.

En lugar de tirar de nostalgia y contar las clásicas historias de Lara Croft o arriesgarse con alguna de sus aventuras en el mundo cómic, Warner Bros. y Metro-Goldwyn-Mayer decidieron decantarse por la nueva saga de ‘Tomb Raider‘ que se estrenó en consolas en 2013. La cual, reiniciaba la saga con una jovencísima Lara que tendría que luchar con nuevos desafíos.

‘Tomb Raider', la película

Para empezar, hay que reconocer que ‘Tomb Raider‘ más que “basada en…“, esta cinta está “inspirada en…“. Dado que opta por una visión mucho más realista de los hechos narrados en el videojuego. Así tenemos una aventura de Lara Croft, con un aire mucho más fresco y realista, pero que pierde parte de su esencia al arrancarla todo su halo sobrenatural.

El haber creado una historia bastante terrenal, le funcionó medianamente bien a Uthaug. Pues el resultado fue una película de aventuras muy funcional y entretenida, pero que no terminaba de alzar el vuelo. A pesar de esto, responde de manera aceptable al desafío que supone realizar una película de estas características. Salvo alguna que otra carencia en la trama y en el tono mismo de la cinta, ‘Tomb Raider‘ hizo suficientes méritos para reclamar un trono tantos años en desuso y repleto de polvo. Aunque no tardó en perderlo frente a ‘Sonic, the Hedgehog‘ a mi parecer.

Todo ello fue gracias al guión de Alastair Siddons y Geneva Robertson-Dworet, el cual obra el esperado milagro de no aburrir al espectador. Además de conseguir unir (casi) a la perfección todos los elementos que hacen de ‘Tomb Raider‘ un clásico: viajes a lugares exóticos, puzzles, gigantescas tumbas de miles de años de antigüedad repletas de trampas y una Lara Croft capaz de crecer y sobreponerse a las dificultades que se presentan ante ella, a base de sufrimiento y fuerza de voluntad.

Las actuaciones

Además, estamos hablando de una cinta que cuenta con Alicia Vikander de protagonista, a la que hay que darle una enorme ovación por el trabajo físico realizado en preparación para este papel, y es que todo ese entrenamiento realizado por la actriz se ve recompensado. Sin olvidarnos de la gran capacidad interpretativa de la que posee, lo cual se ve reflejado en su capacidad dramática al darle ese alto nivel de humanidad a su personaje.

Sin embargo, entre los puntos negativos de la película, he de resaltar lo mal arropada que está Vikander en esta cinta, pues salvo contadas escenas protagonizadas por Walton Goggins, el villano de esta historia, no se ve ningún otro personaje u actuación destacable. Lo que tampoco es malo del todo, pues permite brillar mucho más a su protagonista.

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